Un punto que sabe a mucho

Con 10 bajas entre sanciones, lesiones y la maldita gripe, el CE Sabadell de Jose Solivelles se presentaba en Zaragoza para jugar contra el Ebro, un equipo que empezó la Liga de forma espectacular, aunque en las últimas jornadas estaba obteniendo peores resultados. Un partido igualado de principio a fin, con dos aficiones que dieron colorido al partido, y que hicieron del derbi arlequinado un ejercicio de deportividad.

Salió bien el CES, dominando y teniendo el balón, y tuvo alguna llegada al área, aunque no pudo materializar su dominio en ocasiones claras, y poco a poco, los locales fueron tomando más peso en el encuentro., Al fin del descanso, una acción a balón pardo terminaba en un remete del Ebro al palo, cuando casi se cantaba el gol. No habría sido justo.

En la segunda mitad, los locales se quedaban con 10 jugadores por doble amarilla mostrada al jugador De la Cruz, que vio las dos cartulinas en apenas 13 minutos. En ese momento el partido se ponía de cara, pero en un terreno de dimensiones reducidas, estas superioridades son más complicadas de aprovechar. Solivelles movía el banquillo y daba entraba a Guillem Pujol, que debutaba en Segunda B, y el equipo atacaba con más efectivos. Un disparo de Ciércoles pudo ser el 0-1, pero una enorme parada de Montoya lo evitó. Era la más clara, aunque los arlequinada tuvieron dos más antes del final del partido: un remata lejano de Clausí que salió desviado, y un cabezazo de Max Macert a centro de Verdú que pudo ser el gol de la victoria casi en el minuto 90.

Los locales apretaron al final provocando varios córners, pero la defensa estuvo perfecta, con un enorme trabajo de Manu Torres y Pol Moreno, que jugó, igual que Juanjo, mermado por la fiebre. Un buen punto, portería a cero, y el domingo a las 12 a recibir en casa al Atlético Saguntino.