Hoy en día sería impensable ver un partido de fútbol profesional sin redes en las porterías, pero la historia nos enseña que tiempo atrás se marcaban goles y las pelotas no quedaban atrapadas en la red. A finales de 1911, las porterías de la Creu Alta no tenían red. No fue hasta finales de ese año que el directivo Josep Rosell Casablancas, en un viaje particular en París se encargó de comprar unas redes para las porterías. Se trató de una novedad ya que en Catalunya no existía ningún comercio para comprar este artículo y sólo el FC Barcelona y el RCD Espanyol en disponían en sus estadios. Aparte de las dos redes, el Sr. Rosell aprovechó para comprar dos balones, unos guantes, cinturones y algún encargo más que le había encomendado algún compañero de la directiva. Las redes costaron 58 francos, 62 pesetas de la época, y las pelotas, 21,50 pesetas cada una. El Sr. Rosell tuvo muchos problemas para pasar la aduana de Portbou que los funcionarios no sabían qué tarifa aplicar. Finalmente, tuvo que abonar 26 pesetas por las redes que los funcionarios no habían visto nunca y raíz de este lío, el Sr. Rosell casi pierde el tren de vuelta.
El primer partido que las porterías de la Creu Alta se vistieron con las nuevas redes fue el 31 de diciembre de 1911 en un evento benéfico organizado por el club en el que el Centre d’Esports y el Athletic Sabadell se enfrentaron sobre el césped . El partido lo ganó el Centre d’Esports por uno a cero y en el mismo evento también se disputaron carreras ciclistas. En el libro ‘Historia del fútbol en Sabadell’, de Josep Rosell Casablancas, se dejaba bien clara la alegría con la que el público recibió las nuevas redes, especialmente por el hecho de no perder el balón cada vez que había un disparo y el balón se iba lejos de la portería.